Me gritó como nunca, ultrajó mi coraje, me violó sin rozarme, sin tan solo mirarme...
Me escupió con vileza, me arrastró sin cesar, bofeteando el anhelo, el terapéutico despertar...
Se burló de mis labios, en rojo almíbar, en paz, afirmando sin botas, el orden dictatorial.
Gangrena podrida, ¿por qué te he yo de amar? si martillas mi seno que no pudo amamantar...
Gangrena profunda, déjame, no me pisotees más.
Ya mi sexo ha muerto y moribunda anda mi libertad...
Te crees mi patriarca, siempre sabes más. Y lo monstruoso es que mi simbiosis no te lo puede negar.
Hoy me he levantado en plena madrugada sin poder dormir más, sin pedir permiso al gran macho en disfraz musical...
Y entonces, él pega el golpe, escupe alarido y en estallidos alerta sobre "mi" enfermedad...
Sin embargo, no soy tan tonta y lo aturdida no borra la gran verdad: es el "gran rey", el único que realmente está mal...
Me avergüenza el perdonarte y el por siempre callar, me avergüenza el miedo de enfrentarte y como adulta hablar.
Ser muñeca sonriente, la por siempre doncella, tragando torturas que en psicosis se metamorfosean...
En penumbras
03.03.20
Laura Devos
