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Yo te esperaba Gabriela Rosa Marie Devos - 22 de febrero de 2019

 

En esta mañana de martes 18 de febrero del año 2020, puedo reconocer una vez más, cuanto anhelaba ser mamá y cuanto esperaba con amor una bebé como tú o como tu hermanito futuro si decide venir al que le hemos puesto un nombre desde el año 2010 o como tu hermanita futura si también lo decide al que le hemos encontrado un nombre potente y dulce recientemente. El de tu hermanita realmente lo encontró tu padre. Es el recuerdo de la caudalosa geografía del que hoy es tu país: Colombia. Es el recuerdo del amor y la confianza infinitas de Jesucristo en la mujer.

 “Hágase en mí seagún tu palabra”, escribí en diciembre de 2018 en mi cuaderno de mensajes angelicales que compré en la librería Gibert Jaune en Paris, justo al lado del río Sena donde nos dimos el segundo beso con papá. Sabes qué? Quizás lo sepas, pues nuestras Almas saben más de lo que podamos imaginar... al lado del río Sena, mirando la Cátredral de Notre Dame, nos dimos el segundo gran beso con tu papá. Yo estaba algo molesta porque no había podido cambiarme la sudadera después de mi sesión de piscina... no alcancé, eso fue a principios del año 2008. Tu papá no entendió ese detalle, el amor era ya dulce y sin apariencias, el amor con el que te concebimos creo estaba ya en esa Paris que vio nacer nuestra unión.

Te venía diciendo muchas cosas y debo releer para no perder el hilo... ah sí!, en el mensaje de libros angelicales pensé en ti en ese 2018 pues el título de la página fue y es hoy “lachez prise”, debía controlar ja... que valga el lapsus... debía justamente soltar el control, cambiar por un amor infinito y una fe que envuelven la confianza en el orden divino y en el sentir de que todo está ya resuelto.

Hoy reconozco que si me llega este mensaje es porque no puedo controlar tus gritos de bebé de casi siete meses, de que no puedo controlar a tu padre tampoco y su manera de ser, de que es mejor colmarme de compasión por los demás, pero sobre todo por mí. Es tan enriquecedor leer ese mensaje Gabriela, es algo que justamente me gustaría transmitirte como lección de vida. Confiar, ser alegre, aligerar las cargas innecesarias. Y claro... todo aterrizado en las situaciones de dolor, de aprendizaje. Porque a tu mamá le encanta el rosa, pero también los negros cubren la vida. Esos negros tan negrísimos en los que sentimos sin plumas, sin corazas, sin Dios.

Tranquila mi nené. Vive con plenitud. Vive con amor. El universo es justo y las soluciones a todos los problemas emergen de océanos desconocidos, de la rosa que no quiebra nunca su mirada, del sol rojo del Himalaya.

Adelante mi “tonique” como diría tu pediatra. Los remedios existen sin límites y llegarán a cada instante como el galope del caballo francés o como la aurora despojada de la contaminación humana.

Sonríe mi pedacito de Dios. Sonríe siempre. Así en tu camino se tejan nudos que goteen ácido, créeme que siempre llegará un bello canto. Ese amigo fiel, el tierno llanto de tu madre que te ama más que amarte como fiera dulce, con magia de campo.
Respira conmigo, aprendo de ti, llora ya mi Alma como el oso en “Berín”*, porque te volteas como un querubín, comiendo compotas y casi maíz.
Vuela entonces reina, muy lejos y aquí, que tu madre ahora orará por ti, sin fin es lo escrito para ti marfil. 

*Berín es un lugar de magia, amor y perdón infinitos donde los animales más grandes y peludos cuídan con miel y queso a sus gateadores. 

Om Namah Shivaya Gabriela Rosa Marie Devos. Palace de Verdun, 18 de febrero de 2019.